Manuel Godoy (Badajoz, 12 de mayo de 1767 – París, 4 de
octubre de 1851), hijo de un hidalgo y militar extremeño, llegó a ser el hombre
más poderoso de España. Los sectores más reaccionarios nunca le perdonaron ser
manifiestamente admirador de las ideas ilustradas, lo progresistas le vieron
siempre como un siervo al servicio de un déspota y el pueblo llano, como un traidor que vendió
España a los franceses. No extrañará que muriese pobre y olvidado por todos en
una pensión de París. Pero tras esas imágenes sesgadas por el interés político,
aparece un hombre hecho a si mismo y con una biografía apasionante.
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